sábado, 2 de julio de 2011

Laurel (Laurus nobilis)

Reino Plantae
Filo Magnoliophyta
Clase Magnoliopsida
Orden Laurales
Familia Lauraceae
Género Laurus
Especie Laurus nobilis

Árbol de hasta 15 metros, dioico y de hojas perennes bastante aromáticas. Sus ramas son verdes y se tornan gris con la edad. El tronco no es muy grueso, de consistencia lisa pareja. El toque de color lo ponen las flores que nacen en marzo o abril. Muestran una tonalidad amarilla que contrasta sobre el oscuro verde de las hojas. Sus frutos son unas drupas similares a las aceitunas, que solamente las producen los laureles hembra.


Es muy cultivada por sus diversos usos medicinales, culinarios, y en arquitectura por ser un árbol de rápida adaptación a diversos suelos y paisajes.

Esta planta es conocida por sus connotaciones simbólicas. En la Antigua Grecia y en el Impero Romano era utilizado para coronar a emperadores y a aquellos deportistas y guerreros vencedores. Símbolo de victoria y triunfo.


Anselm Feuerbach, Agathon y la corona de laurel (1871)

Plagas


Los laureles son propensos a padecer tres tipos de plagas fácilmente reconocibles:

-      Las cochinillas son las principales invasoras, aproximadamente el 90% de los arbustos la padecen. Además puede provocar la aparición del hongo Negrilla. Para eliminarlas hay que podar todas las partes que estén afectadas, evitando así la propagación de la enfermedad.

-       Los pulgones son también comunes. Se alimentan de la planta de tal forma que la debilitan. En caso de una plaga abundante, pueden llegar incluso a ocasionar el marchitamiento del laurel. Los expertos recomiendan realizar tareas que eviten su aparición, como por ejemplo, eliminar usualmente la maleza y malas hierbas cercanas al arbusto. Una vez que aparezca, se puede combatir con agua jabonosa, con trampas cromotrópicas amarillas o bien, con insecticidas.

-       Hay que tener especial cuidado con la sila, pequeño insecto chupador. Las hojas del laurel se arrugarán e incluso llegarán a caer cuando se trata de un ataque intenso. Lo mejor es la prevención, aunque si aparece habrá que recurrir a los tratamientos propios de frutales de pepita para combatirla.



Componentes y propiedades



 Las hojas de laurel contienen un aceite esencial cuyos principales componentes son el cineol y el eugenol, que le confieren propiedades carminativas (reducen los gases) y hepatoprotectoras. 

  Por otro lado, el laurel es muy bueno para estimular el apetito, facilitar la digestión y prevenir la acidez, así como los espasmos intestinales. Además, también es muy bueno para problemas respiratorios, ya que ayuda a expulsar las mucosidades de las vías respiratorias y además contiene sustancias con una acción bactericida, por lo que resulta muy adecuado en caso de afecciones tales como la bronquitis.

  El laurel también es un excelente previsor de enfermedades cardiovasculares, ya que contiene ácidos grasos insaturados, y además, es antiinflamatorio y diurético.
   Pese a todas sus virtudes, no hay que olvidar que como todas las plantas que tienen efectos terapéuticos, también tiene algunas contraindicaciones. Así, el laurel consumido en dosis altas (por ejemplo: infusiones demasiado concentradas) puede provocar náuseas, vómitos e irritación de la mucosa gástrica. Por otro lado, ésta es una de las plantas que con mayor frecuencia produce dermatitis de contacto y fenómenos de fotosensibilización (reacciones que se producen en la piel en contacto con la luz del sol). Además, su uso está desaconsejado en caso de gastritis y úlcera, así como en ciertas enfermedades que afectan al intestino y en personas que tienen el estómago delicado.


Mito del Laurel


     La serpiente Pitón, en la mitología griega, era un monstruo de cien cabezas y cien bocas que vomitaban fuego; era el terror de la campiña de Tesalia porque arrasaba a hombres y animales. Cuenta Ovidio que Apolo, orgulloso por haberle dado muerte, osó desafiar a Cupido, hijo de Venus y de Marte. Este, para castigar tal osadía, cogió dos flechas de su aljaba. Una tenía la punta de oro e infundía amor; la otra era de plomo e inspiraba desdén. Cupido dirigió la primera hacia Apolo, y disparó la segunda a Dafne, hija del río Peneo y de la Tierra. Una violenta pasión por la hermosa ninfa se apoderó entonces de Apolo. Sin embargo ella, herida por la flecha del desprecio, huyó rápidamente tratando de esconderse. Apolo corrió en busca de Dafne, pero ésta, al verse pérdida, solicitó la ayuda de su padre. Tan pronto como cesaron sus gritos de socorro, una corteza suave le encerró el pecho, sus cabellos se transformaron en hojas verdes, los brazos en ramas, los pies se fijaron en el suelo y la ninfa quedó transformada en laurel. Apolo, no dispuesto aún a darse por vencido, abrazó el árbol y lo cubrió de ardientes besos, pero incluso las ramas retrocedían asustadas de sus labios. “Si no puedes ser mi amante”, juró el dios, “me serás consagrada eternamente. Tus hojas serán siempre verdes y con ellas me coronaré”. Desde entonces, el laurel es el símbolo de Apolo y con él se  galardona a los vencedores, artistas y poetas.

Leyenda del laurel

   Zeus mató de un rayo al hijo de Apolo, Asclepio, dios griego de la medicina, por resucitar a los muertos. Apolo, herido por el fallecimiento de su hijo, da muerte a los Cíclopes, forjadores de los rayos. Esto originó la leyenda de que el laurel no podía ser alcanzado por el rayo y se empezó a utilizar como protector contra las tormentas. Por esta razón se colocaban laureles en las puertas de las casas y funcionaban como pararrayos.

Fuentes

http://plantas.facilisimo.com/reportajes/arbustos/ellaurel_183997.html